Cartagena en crisis

Una mirada general a una realidad vergonzosa que impide el progreso de una ciudad colombiana insignia a nivel internacional.
Por: Carlos Eduardo Garzón Imbet. Estudiante de séptimo semestre de Derecho con opción en Gobierno y miembro del Consejo Editorial. ce.garzon11@uniandes.edu.co
El sábado 29 de julio de 2017 se posesionó por segunda vez Sergio Londoño Zurek como alcalde encargado de la ciudad de Cartagena. Este hecho tiene ocasión luego de que el Consejo Superior de la Judicatura dejara en firme la decisión de la Procuraduría de suspender del cargo a Manuel Vicente Duque por las irregularidades en el proceso de legalización y posterior desplome de una construcción en el barrio Blas de Lezo, hecho en el que murieron 21 personas.
Con esta nueva designación, Cartagena suma la vergonzosa cifra de ocho alcaldes en menos de cinco años. Esto, sumado a las decepcionantes cifras que Cartagena en crisis arroja el informe de 2017 de “Cartagena Cómo Vamos” (Ver Recuadro), muestran a Cartagena como una ciudad en crisis. A continuación, haré un recuento de lo acontecido.
En el año 2011 los cartageneros eligieron al reconocido periodista deportivo Campo Elías Terán Dix como su alcalde por los siguientes 4 años. Sin embargo, por quebrantos de salud que a la postre ocasionaron su deceso, Terán Dix tuvo que abandonar su cargo por largos periodos en los cuales fue reemplazado por sus secretarios: Felipe Merlano y Oscar Brieva.
Luego, tras hacerse oficial la ausencia por incapacidad, el entonces Ministro del Interior, y hoy Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, nombró a Bruce Mac Master como alcalde encargado. Mac Master estuvo en el cargo por 37 días dejando buenas impresiones al tratar de poner en orden el establecimiento. Este último le dio paso a Carlos Otero Gerdts quien fue escogido por el presidente Juan Manuel Santos, tras evaluar la segunda terna enviada por ASI, partido que avaló la candidatura de Terán Dix.
Hasta el momento, Cartagena llevaba 5 alcaldes en lo transcurrido del 2012. Cada uno de los mandatarios anteriormente mencionados hicieron cambios en el gabinete distrital y en consecuencia hubo demoras e incluso variaciones en la implementación del Plan de Desarrollo. Lo anterior ocasionó una inestabilidad institucional de la que la ciudad aún no se recupera. Esto, sumado a la sensación de incertidumbre ante las alarmantes cifras de inseguridad, desempleo y crecimiento desmesurado que dieron lugar al primer periodo de crisis administrativa.
A mediados de 2013, en el marco de unas elecciones atípicas, Dionisio Vélez Trujillo fue elegido alcalde de Cartagena. El nuevo burgomaestre presentó un nuevo y ambicioso Plan de Desarrollo con el fin de recuperar la confianza institucional de los cartageneros. No obstante los esfuerzos de Vélez Trujillo, este contó con escasos 2 años y medio para su implementación. Estos 2 años fueron suficientes para endeudar a la ciudad en niveles nunca antes vistos. De hecho, la Contraloría General de la República inició investigaciones contra la administración del alcalde Vélez Trujillo por un crédito por un valor de $ 250.000 millones para obras de infraestructura. El desenlace de este episodio aún está por definirse.
Terminado el periodo de Vélez Trujillo, los cartageneros eligieron a Manuel Vicente Duque, más conocido como Manolo, como su nuevo alcalde. Duque, un reconocido periodista deportivo de la ciudad, pero con experiencia nula en administración pública –al igual que Terán Dix–, se vio envuelto en una serie de irregularidades que finalmente terminaron en la suspensión por tres meses de su cargo por orden de la Procuraduría General de la Nación.
Fue entonces cuando el presidente Juan Manuel Santos designó a Sergio Londoño Zurek como alcalde encargado de Cartagena. Londoño Zurek se desempeñó en este cargo por un periodo de 20 días, insinuando paradigmas de renovación y compromiso. Sin embargo, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura de Bolívar a través de un fallo de tutela, ordenó dejar sin efectos la medida cautelar de suspensión provisional por tres meses decretada en contra de Duque. Fue así como Manolo Duque volvió al cargo, generando una sensación de inestabilidad, perplejidad y duda similar a la vivida por los cartageneros unos años atrás. Este fue el inicio de un segundo periodo de crisis administrativa, o quizás es el bostezo de ese letargo que nos acompaña, que nunca se ha ido y que habita en cada rincón de la heroica.
Tal y como lo expresé, el 29 de julio de 2017 Londoño Zurek asumió el cargo por segunda vez luego de que el Consejo Superior de la Judicatura dejara en firme la decisión de la Procuraduría de apartar a Duque del cargo. En sus primeras declaraciones el nuevo burgomaestre le pidió la renuncia a todo el gabinete de gobierno del anterior alcalde y designó a las nuevas caras que conformarán las secretarías del Distrito.
Cabe recordar que mientras Manolo cumple su suspensión, el presidente Juan Manuel Santos deberá analizar la terna que presentará en los próximos días el movimiento “Primero la Gente”, quien avaló la candidatura de Duque. Es decir, la interinidad de Londoño Zurek dependerá del visto bueno del presidente sobre la terna. En ese sentido, dada la relación de este último con el presidente Santos, es de esperar que su segundo periodo en la alcaldía sea superior al primero. No obstante, será un periodo corto y pronto estaremos hablando de un noveno burgomaestre.
Se le auguran éxitos al nuevo alcalde de Cartagena. Me quedo con esta frase que pronunció ante el Concejo Distrital, que resume en buena medida el contenido de este escrito: “la ciudad no necesita más alcaldes, lo que necesita es una ciudadanía activa que pueda acompañar el rumbo trazado. Ese es el llamado a los conciudadanos. Ocho alcaldes en cinco años es una cifra escandalosa”. Haciendo eco a ese llamado, espero que esta crisis institucional en la que estamos sumidos y que poco a poco nos consume pase al olvido. Que de ahora en adelante soplen vientos de esperanza y de ganas de trabajar por una Cartagena unida y próspera.
En ese sentido, la exhortación a los cartageneros a despertar de este letargo mediante acciones proactivas que nos permitan salir del estancamiento y del desasosiego. Por esto, y en el marco de esas acciones, se espera a futuro una participación activa, concurrida e informada en la contienda electoral que permita retomar una bocanada de aire fresco que nos dé el viraje necesario para marcar nuestro rumbo. Tal y como pregona nuestro himno: liberémonos del yugo de las cadenas y como leona fiera destrocemos la corrupción, el clientelismo, la pobreza y la inequidad. Es hora de acabar con esta crisis institucional con la seguridad, la confianza y la determinación de que vendrán tiempos mejores.
Al cierre de este artículo, se conoció la captura de Manuel Vicente Duque por parte del CTI de la Fiscalía por presunto tráfico de influencias, cohecho y concierto para delinquir. Hasta el momento las consecuencias jurídicas de la privación de la libertad son provisionales. Es decir, a Duque no se le ha acabado su periodo de gobierno ni se lo han dado por terminado. Esto solo ocurriría en caso de que este renunciara o que fuera destituido. Para su destitución debe haber una decisión de fondo ya sea de la Procuraduría o del Juez de Conocimiento Penal. Sin embargo, ninguno tiene la potestad para llevar a cabo una destitución mientras ambos procesos estén en curso.
Con este panorama surgen ciertas inquietudes: ¿renunciará Duque? ¿habrá nuevamente elecciones atípicas en Cartagena? ¿Es el inicio del tercer periodo de crisis administrativa? ¿Estamos condenados los cartageneros a vivir sin administración o en interinidad? El tiempo nos dirá.
Imagen obtenida de: El Espectador.
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