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Las lecciones del nuevo Congreso

En el marco de la nueva alianza entre el Periódico Al Derecho y Congreso Visible, este artículo busca hacer un análisis sobre las pasadas elecciones legislativas y su impacto en el marco político nacional.

 

 

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Por: Sylvia Sus Abrajim. Politóloga y estudiante de último semestre de maestría en Ciencia Política de la Universidad de los Andes. sylvia.sus@congresovisible.org

 

Congreso Visible nos muestra cómo quedó conformado el Congreso 2018-2002

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Para estas elecciones había un total de 2493 candidatos inscritos para Senado de la República y Cámara de Representantes. De estos, 186 eran actuales congresista buscando reelegirse, y otros cuantos más, por fuera de ese número, buscaron reelegirse en cuerpo ajeno, o como se conoce popularmente, “heredando la curul”. En cifras, 70% de los congresistas actuales intentaron la reelección. Pero contrario a lo esperado, después de las elecciones del domingo 11 de marzo, de esos 186, muchos no consiguieron conservar curul en el Congreso.

En el caso del Senado, 66 senadores intentaron reelegirse, de los cuales sólo lograron retener su curul 40. Podría hablarse de un porcentaje de renovación del 60%, pero teniendo en cuenta los hederos políticos que lograron elegirse al senado, que fueron alrededor de 5, el Senado se renovó en un 55%.

Lo anterior, a pesar de que por los números es esperanzador, tampoco es tan claro si lo miramos a profundidad. ¿Por qué? Por los políticos que lograron dar el “salto”, es decir, pasar de una corporación pública de elección popular (Cámara de Representantes, Asambleas Departamentales y Concejos Municipales), a una de “mayor jerarquía”. Para estas elecciones el número de candidatos que intentaron dar este salto aumentó. Esto pues los candidatos creyeron que para 2018 necesitarían menos votos para hacerse a una curul en el Senado, ya que, según sus cálculos políticos, por la apatía y descontento de los colombianos con las instituciones políticas, menos colombianos votarían en 2018.

Si bien 37 actuales representantes a la Cámara buscaron dar ese salto, 1/3 no lo logró por errores en el anterior cálculo. La votación 2018, contrario a todos los pronósticos aumentó. Un total de 17’818.185 ciudadanos salieron a votar por el Senado de la República, y 17’872.988 votaron a Cámara de Representantes. En 2014, para ambas corporaciones, alrededor de 14 millones de colombianos salieron a votar. Es decir, unos tres millones más de colombianos votaron a votar este 2018.

Los que lo lograron

Entre los que lograron dar el salto al Senado están Angélica Lozano (Alianza Verde), David Barguil (Partido Conservador), María Fernanda Cabal (Centro Democrático), Mauricio Gómez Amín (Partido Liberal), y Rodrigo Lara (Cambio Radical). Desde el Concejo de Bogotá venían Antonio Sanguino (Alianza Verde) y Horacio José Serpa (Liberal) quienes también alcanzaron a obtener una curul en el Senado.

Y los que se quemaron

Entre los que perdieron intentando dar el salto de Cámara a Senado estuvieron Olga Lucía Velázquez (Partido Liberal), Eduardo José Tous, (Partido de la U), heredero del condenado Bernardo Miguel “Ñoño” Elías; Oscar Ospina (Alianza Verde); y Víctor Correa (Polo Democrático Alternativo).

Además, algo increíble para resaltar de estas elecciones, y que muchos analistas y académicos no esperaban, es la cantidad de políticos de vieja data que perdieron su curul en el Senado. Entre muchos, están nombres conocidos como Bernabé Celis, (Cambio Radical), que llevaba 20 años en el Congreso, Juan Manuel Corzo (Partido Conservador), que alcanzó a estar 20 años también, Javier Tato Álvarez (Partido Liberal) que estuvo 20 años, y Jimmy Chamorro (Partido de la U) que duró 24 años en el Senado. La lista es larga, pero se evidencia que el partido que más perdió políticos de vieja data fue el Partido de la U. Y ni hablar del Centro Democrático, que, si bien es un caso distinto, varios de sus actuales senadores no lograron llegar al Congreso en el 2018.

¿Por qué no lo lograron?

El tema es que, cálculo que hicieron los candidatos no es tan fácil de hacer en Colombia. El derecho electoral colombiano define que nuestro sistema electoral está planteado para que, a la hora de entregar las curules, solo importe el número de votos totales del partido (votos emitidos sólo por el logo, más votos emitidos por voto preferente a los candidatos). A cada partido se le entrega una cantidad de curules proporcionarse al número de votos que obtuvo. Luego de este paso se hace la repartición de curules que obtuvo el partido entre sus candidatos.

El voto preferente sirve para reordenar los números de la lista que presentó el partido, donde cada número corresponde a un candidato. La cantidad de votos que obtuvo cada candidato lo ayudará, entonces, no precisamente para hacerse elegir, sino para que su nombre esté de primero en esa lista para acceder a la repartición de curules. Es decir, una cantidad mayor de votos que obtenga un candidato lo hará mover en la lista hacia arriba, teniendo más probabilidad de acceder a las curules que obtuvo el partido.

Un ejemplo de que éste cálculo que hicieron los candidatos no es tan sencillo es que el senador menos votado en 2014 fue Senén Niño Avendaño, del Polo Democrático, que obtuvo 12.313 votos, mientras que Jorge Eduardo Gechem, de la U (el partido más votado en esas elecciones), obtuvo 43.780 votos, siendo el último senador de la U en obtener una curul. El siguiente de la lista (después de la  reordenación), fue Carlos Ferro, quién con 43.663 no logró hacerse a una curul en el Senado. Esto demuestra que para ser senador no se necesita un número mínimo de votos. Lo que se necesita es que el partido y sus compañeros de lista obtengan una buena cantidad de votos para obtener varias curules, así como que el candidato mismo obtenga un número de votos suficiente para subir en la lista y lograr una de estas curules.

Lo anterior es importante porque resalta que los votos que obtengan sus compañeros de partido son importantes para los candidatos. Senén Niño logró obtener una curul gracias a la fuerza de arrastre de los votos de Jorge Enrique Robledo, el senador más votado del país, con 191.910 votos, e Iván Cepeda,  con 84.126. También es clave porque si bien Niño fue arrastrado por los votos de los otros dos, sí tuvo que obtener unos votos personales por medio del voto preferente que lo pusieron en el quinto lugar de la lista del Polo a la hora de entregar las curules que le correspondieron al partido.

Para las elecciones del 2018 muchos candidatos lo lograron porque en su partido hubo un candidato que arrastró a unos cuantos en la lista. Y en otros, no lo volvieron a lograr porque los candidatos de su lista obtuvieron menos votos que hace cuatro años. Un ejemplo de los candidatos que alcanzaron curul gracias a los votos de otro fueron los del Centro Democrático. Álvaro Uribe fue el senador más votado de estas elecciones, obteniendo 875.554 votos, que por ser la cifra repartidora 128.488 votos, logró arrastrar con él a 6.8 senadores. Otro ejemplo es la Alianza Verde que, por Antanas Mockus logró arrastrar cuatro curules con 540.783 votos. El ejemplo de quienes no lo lograron fue claramente del Partido de la U, porque los senadores más votados están tras las rejas, como Ñoño Elias y Musa Besaile, que juntos sumaron casi 300.000 votos, y también porque su caudal electoral disminuyó, como evidenciamos con José David Name, que hace cuatro años obtuvo 103.215 votos, y este año logró sólo 86.765 votos.

Los cuestionados

El último tema que cabe resaltar de esta elección fue la cantidad de senadores electos que tienen investigaciones, heredan una curul de alguien investigado, o son apoyados por políticos o personas que están condenados o tuvieron investigaciones. Entre estos, fueron elegidos Richard Aguilar (Cambio Radical), Daira Galvis (Cambio Radical), Nora García (Conservador), Samy Merheg (Conservador), Lidio García (Liberal), Laura Fortich (Liberal), Roosevelt Rodríguez (U) John Besaile (U), Andrés García Zuccardi (U) y un montón más.

Y las cuñas

El cuento de que “las FARC y el castrochavismo se iban a tomar el país” se cayó solito. La Fuerza Altervativa Revolucionaria del Común sólo logró 83.175 votos para ambas cámaras, lo cual es muy poquito. De igual manera, el mito del voto cristiano se hundió con esta elección. Los partidos Colombia Justa Libres y Somos no lograron ni pasar el umbral para el Senado. O sea, que no son tan unidos como creíamos y ese miedo a que el Congreso se cristianizara quedó solo en eso.

Imagen obtenida de: http://www.congresovisible.org

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Política

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