La “Petromoneda”: el salvavidas o la piedra que terminará de hundir “el barco de la crisis venezolana”

Este artículo busca ilustrarnos sobre un concepto un poco ajeno y que cada vez toma más relevancia en el contexto económico latinoamericano.
Por: María Camila Londoño Avellaneda, estudiante de décimo semestre de Derecho. mclondono10@uniandes.edu.co
El anuncio del presidente Nicolás Maduro el pasado mes de febrero del 2018 en el Palacio de Miraflores, acerca de incursionar en el mundo de las criptomonedas, despertó opiniones encontradas sobre el futuro económico al que se enfrenta el país vecino. Inversionistas, gobiernos extranjeros y opositores observan con gran incertidumbre esta decisión. La Petromoneda es la criptomoneda que inventó el Gobierno de Venezuela para afrontar la crisis económica de los últimos años, el problema de liquidez que resultó en la declaratoria de default por falta de pago de la deuda externa, y la hiperinflación proyectada por el FMI para el 2018 en 13.000 %. El “Petro”, como se le conoce, será un criptoactivo que aprovechará la posición privilegiada de Venezuela como el mayor poseedor de reservas del crudo en el mundo (que ascienden a 300.900.000.000 barriles). El criptoactivo, entonces, estará respaldado precisamente con estas reservas de petróleo ubicadas a lo largo del territorio, por ejemplo, en la franja petrolífera del Orinoco en donde existen 5.342 millones de barriles.
El “Petro” funcionará sobre una plataforma de cadenas de bloques federadas, independientes y autónomas, que aprovechará las nuevas tecnologías de intercambio comercial digital. La fluctuación del precio del criptoactivo dependerá directamente del precio internacional del barril del hidrocarburo (consignado en el denominado ”Libro Blanco”), el cual en los últimos días ha oscilado en los 60 dólares. Con la implementación de esta moneda digital, el Gobierno de Venezuela espera atraer la inversión extrajera e impulsar el desarrollo de mercado interno. Además, el Estado tiene la convicción, o simplemente apuesta, a que existirá una participación directa de los ciudadanos en la compra e intercambio del Petro, pues servirá como método de inversión directa, medio de ahorro y forma de pago en los diversos contratos y servicios públicos prestados por el Gobierno.
En este orden de ideas, el Petro resulta ser una apuesta ambiciosa y peligrosa para la Venezuela actual. Crear una moneda fuerte —el criptoactivo— respaldada con una materia prima esencial como es el petróleo, parece ser a simple vista una opción viable para solventar los problemas económicos del país. No obstante, lograr trasmitir confianza, trasparencia, protección económica y seguridad jurídica a los entes e inversionistas dentro del contexto que envuelve a Venezuela, resulta ser el primer gran paso para la consolidación del Petro como moneda en todo el mundo. Así es que esta criptomoneda, por un lado, se dibuja por el Gobierno vecino como el salvavidas ante un país en profunda crisis, pero por el otro, desde la perspectiva internacional, es la piedra que terminará hundiendo el barco económico denominado Venezuela, al no atraer las inversiones internacionales esperadas en el Petro.
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