¿La tercera es la vencida?

Por: María Alejandra Pérez Rodríguez. Estudiante de décimo semestre de derecho, opción en periodismo y miembro del Consejo Editorial. ma.perez11@uniandes.edu.co.
La semana pasada el presidente Trump tuvo sin duda, uno de los momentos más difíciles hasta ahora. Tres importantes eventos marcaron los medios internacionales: Primero, el fracaso del encuentro con Kim Jong-un; segundo, la incertidumbre sobre los fondos para la construcción del famoso muro y; tercero, las polémicas declaraciones de su exabogado, Michael Cohen.
Por un lado, la segunda cumbre entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, se celebró en Hanói entre el 27 y el 28 de febrero. Recordemos que antes, en junio del 2018, se llevó a cabo una primera reunión en Singapur, momento histórico pues fue la primera cumbre desde el fin de la guerra. Pero este segundo encuentro terminó antes de lo programado y sin acuerdo. El objetivo era avanzar en el desarme nuclear de Corea del Norte, sin embargo, lo único que se obtuvo fue un breve saludo con sonrisas de cordialidad y poco más. La crisis de Corea del Norte ocupa un lugar importante en la agenda de los Estados Unidos desde hace tiempo. Desde 1953, cuando se acordó el cese de fuego, se han presentado conflictos esporádicos, pero todo se volvió más tenso desde hace dos años, cuando en el 2017 Corea probó con éxito el primer misil balístico intercontinental, hecho que les significó importantes sanciones económicas por parte de la comunidad internacional. En esta oportunidad se pretendía, a través del diálogo, llegar a un acuerdo frente a las bases nucleares de Corea del Norte y, levantar las sanciones económicas impuestas a este país. No se logró lo uno ni lo otro, ¿será que la tercera es la vencida?
Frente a lo ocurrido, hay dos versiones: por un lado, Trump declaró que Kim Jong-un pretendía que se levantaran todas las sanciones en su contra, pero sostuvo que en Corea existen instalaciones nucleares secretas que no iban a desmantelar, esta fue la razón por la cual se levantó de la mesa de negociones. Por otro, el ministro de Relaciones Exteriores del país asiático sostuvo que lo que se ofreció fue una eliminación parcial de las sanciones, a lo que Washington se negó.
Sea cual sea la versión, lo cierto es que el encuentro no quedó en nada. Por un lado, hay quienes crítican al presidente por sentarse cuando no existía ni siquiera un borrador de acuerdo para negociar, esto permitió que Jong-un pidiera mucho más de lo que EE.UU podía ofrecer. Por otro, hay personas que apoyan la decisión del presidente, y coincidieron en que «ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo». Desde Corea del Norte, la viceministra de Relaciones Exteriores recalcó que nunca antes habían hecho una oferta de este tipo, y dijo que le preocupaba que el líder norcoreano perdiera la intención de continuar con las negociaciones. Añadió que no podía asegurar que esta oportunidad se presentara nuevamente.
Lo que debería llamar la atención es el momento histórico que se está viviendo, pues el hecho de que los representantes de dos países históricamente confrontados sean capaces de sentarse a negociar, es un gran avance. Según indicó el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, cree que ambos países podrían llegar a un acuerdo.
El segundo obstáculo de la semana pasada está relacionado con los fondos para la construcción del famoso muro con México. La Cámara de Representantes aprobó un proyecto que busca anular la Emergencia Nacional declarada por el presidente Trump con el objetivo de conseguir fondos para la construcción del muro fronterizo. 13 republicanos apoyaron la decisión, el texto pasará ahora al Senado, controlado por este partido. Sin embargo, la última palabra la tiene el mandatario quien podrá rechazarla y enviarla de vuelta al Congreso. De conseguir el apoyo de dos tercios de ambas cámaras, se vendría abajo una de las principales promesas de campaña de Trump.
Por último, mientras el mandatario estaba en Vietnam negociando con el líder norcoreano, su exabogado, Michael Cohen, estaba rindiendo importantes acusaciones en su contra, frente a la Cámara Baja del Congreso. Entre otras, sostuvo que Trump, sabía con anterioridad sobre la filtración de correos electrónicos que afectaron la campaña Hillary Clinton a las elecciones presidenciales de 2016. Lo calificó de «racista», «estafador», «fraude» y lo señaló de mentir sobre sus declaraciones de impuestos. Por un lado, los republicanos se mostraron escépticos frente a las declaraciones de Cohen, recordando que ya había mentido en previas audiencias, una de las razones por la cual fue condenado a tres años de prisión que empezará a cumplir en mayo.
Ahora bien, si las pruebas que tiene Cohen en su poder son contundentes, Trump podría ser sometido a un impeachment o juicio político. El Congreso puede iniciar este juicio para destituirlo, luego pasaría al Senado quien decide, por mayoría de dos tercios, si condena y destituye al mandatario. Sin embargo, teniendo en cuenta la composición del Congreso, este escenario no parece muy probable: Una Cámara de Representantes liderada por demócratas, y un Senado en manos de los republicanos.
Estos tres obstáculos se suman a los duros momentos que pasa la Casa Blanca por estos días. Habrá que ver cómo los candidatos que ya se prepararan para las elecciones del 2020 usan estos tiempos de escándalos y baja popularidad.
Imagen: https://edition.cnn.com/2019/01/31/politics/trump-kim-vietnam/index.html
Categorías