Buena comunicación, buena gestión

Edición 53 – Marzo 2019
El pasado 31 de enero los estudiantes recibimos un correo de parte de la Secretaría General y firmado por el Comité Directivo de la Universidad. Allí se nos informaba que el actual rector había tomado la decisión de no someter nuevamente su nombre para ser considerado para un nuevo período. Por ende, el Comité decidió integrar un Comité Nominador, encargado de llevar a cabo el proceso de selección de candidatos para el cargo. Finalmente, el correo listaba los miembros del Comité Nominador.
La situación no pasó desapercibida. En los días siguientes, fueron frecuentes las conversaciones entre estudiantes sobre el misterioso correo, con un denominador común: el carácter poco informativo del comunicado. ¿Por qué el rector decidió no volver a someter su nombre a consideración? ¿Quiénes son las personas que integran el Comité Nominador y por qué las escogieron? ¿Estamos representados los estudiantes en el Comité? Y la pregunta que más interés despertó: ¿quiénes son los candidatos?
Las preguntas que surgieron de ese comunicado trajeron a colación otra situación que también produjo cuestionamientos y que causó un malestar general en la comunidad. Desde el 2017, se nos anunció que la Universidad pasaría por una reforma académica general que afectaría los currículums de todas las carreras. Esto pasaría tanto a nivel general —con los cursos de idiomas y los del Ciclo Básico Uniandino (CBU)—, como a nivel específico de cada una. Más allá del contenido de la reforma, las dudas surgieron alrededor de la poca información que la Universidad nos estaba dando al respecto.
El descontento giró en torno a dos aspectos: la poca información que la Universidad estaba dando no era clara y la información estaba llegando a oídos de los estudiantes cuando las decisiones ya estaban tomadas. ¿Por qué no se le anunció adecuadamente a la comunidad que se planeaba llevar a cabo una reforma académica? Esto llevó a un cuestionamiento generalizado sobre la poca eficacia (o falta) de los mecanismos de comunicación adecuados para dar a conocer decisiones tan importantes, lo cual daba la impresión de que las decisiones se tomaban sin tener en cuenta a quienes más les afectaban.
Simultáneamente con la reforma académica, se estuvo dando la discusión respecto de la situación financiera. Se hablaba sobre el aumento progresivo en el valor de la matrícula y se escuchaban los rumores acerca de un recorte de presupuesto que estaba afectando a varias facultades. En cuanto al primer tema, se lideró desde el Consejo Estudiantil Uniandino (CEU) una discusión pública con el rector, llevada a cabo en la Plazoleta Lleras. Si bien varios estudiantes apreciaron que el rector se hubiese presentado y hubiese respondido todas la preguntas, muchos otros quedaron con la sensación de que sus dudas no fueron realmente resueltas. A su vez, varios otros manifestaron que esa era la primera vez en toda su vida universitaria que conocían al rector.
En lo referente al segundo tema, el aspecto más cuestionado ha sido precisamente que la poca información obtenida se ha debido a rumores escuchados en las distintas facultades y no a algún comunicado oficial. Por ejemplo, desde el Periódico Al Derecho se estuvo llevando a cabo recientemente una investigación sobre el recorte de presupuesto en nuestra Facultad. Sin embargo, nos encontramos con numerosas negativas o silencios que no dieron respuesta a ninguna de nuestras preguntas.
Estas situaciones conducen nuevamente al principio de este editorial. ¿Por qué los estudiantes siempre quedamos con la impresión de que las decisiones más importantes que se toman en la Universidad no nos son comunicadas adecuadamente? ¿Acaso no es importante que podamos decidir sobre aspectos tan delicados como una reforma académica? ¿No es importante que entendamos por qué la matrícula que nosotros o nuestros padres debemos pagar aumenta de forma alarmante cada semestre? Y si el valor de dicha matrícula va aumentando, ¿no tenemos derecho a saber por qué, entonces, la Universidad está llevando a cabo un recorte de presupuesto?
Sin embargo, no puede decirse que no se ha hecho nada para cambiar dicha situación. Desde el semestre pasado, la Oficina de Comunicaciones de la Rectoría abrió un espacio en Sicua, a modo de curso, para comunicarse de manera directa con la comunidad estudiantil. También vale la pena aclarar que el lunes 18 de febrero, la Rectoría informó que los estudiantes estamos representados en el Comité Nominador por una estudiante integrante del Consejo Superior.
Si bien la implementación de estos espacios representa un gran avance en términos de acceso a la información, parece que persiste el “halo de misterio” y el secretismo que han caracterizado últimamente al cuerpo directivo de nuestra institución. Por ende, este editorial le hace una invitación a las directivas de nuestra Universidad para que atienda de manera más adecuada a las inquietudes y descontentos de los estudiantes. El éxito de una buena gestión radica en una buena comunicación.
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