Canto a media voz

Por: Daniel Felipe Enríquez Cubides. Estudiante de tercer semestre de Derecho, opciones en Gestión Pública y en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo y miembro del Consejo Editorial. df.enriquez@uniandes.edu.co.
Para el otro colibrí, si es que vive.
Dos colibríes a punto de iniciar el vuelo,
dos colibríes que no sospechaban los caprichos del tiempo.
Dos colibríes conociendo, pero ignorando la fragilidad de sus alas
(a su manera)
como si fueran la irónica ingenuidad de una vida “perfecta”.
No era de esperarse que se juntaran sus caminos,
pero fueron ligados por las travesuras del destino.
Fue por culpa de un accidente, de esos que ya no vemos
que aquellos dos colibríes se hicieron aventureros.
Aprender a conocerse era la más grande de las travesías,
el detalle sencillo estaba en su costumbre de cantar,
a su hogar regresaban con dulces melodías,
así no había pista de que el extravío tendría lugar.
No previeron que las odiseas cruelmente suelen tener sus riesgos.
No se volvió a escuchar el canto de los dos aventureros.
El colibrí que espera.
Imagen: National Geographic
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