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¿Hay crisis en los medios de comunicación?

Por: Redacción Política Al Derecho.

En los primeros días del mes de agosto, el diario estadounidense The New York Times publicó un artículo sobre la denominada “crisis de los periódicos” o, si la consideramos más amplia, la crisis de los medios de comunicación.

El artículo comienza contando la historia de The Peoria Journal Star, un pequeño diario local del estado de Illinois en el cual se han sentido los estragos de la crisis. De tener 80 reporteros en la década de 1990 ha pasado a solo 7. De informar sobre 23 condados su cobertura se ha reducido a 3. Pero lo más notable de esta breve historia radica en que (y este es quizá el síntoma más preocupante de la crisis), a pesar de que el diario recibió una importante información sobre la empresa de maquinaria pesada Caterpillar (que operaba en el condado de Peoria), no pudo investigar el dato por falta de personal.

En Estados Unidos, desde el 2004, 1 de cada 4 periódicos han cerrado y aproximadamente el 50% de los trabajos en periódicos han desaparecido. Este fenómeno no está circunscrito a Estados Unidos, ni mucho menos a la prensa local. En Colombia, eventos recientes demuestran que aquí también los medios atraviesan una crisis:

MARTES NEGRO EN LAS CASAS EDITORIALES

En abril de este año, la Liga Contra el Silencio denunció que los despidos masivos en los medios de comunicación estaban causando miedo y desmotivación. Según el artículo publicado en la Revista 070, “entre diciembre de 2018 y marzo de 2019, alrededor de 320 personas perdieron sus empleos en varios medios de comunicación colombianos. De Publicaciones Semana salieron casi 90; de Editorial Televisa Colombia (casa editorial de Tv y Novelas, National Geographic y otras publicaciones), más de 100; en El Tiempo Televisión fueron cerca de 120; más otros 13 en VICE Colombia y siete en Semana Rural (…) Entre agosto y octubre del 2018 salieron otras 90 personas de NTN24, canal de televisión que hace parte del grupo RCN”.

Estos despidos están asociados a las crisis económicas por las cuales estaban pasando aquellos medios. RCN, por ejemplo, reportó pérdidas de 91.464 millones en 2016, 95.135 millones en 2017 y 233.758 millones de pesos en 2018. Incluso falló su plan de reorganización en cabeza de José Roberto Arango, conocido por sacar de sus respectivas a crisis a empresas como Millonarios, Coltejer y Rápido Ochoa, entre otras.

Semana, por su parte, inició un proceso de restructuración con Deloitte a principios de 2018. Esta incluía medidas como el despido de varias personas y nuevas “directrices de evaluar a los periodistas por productividad medidas en notas publicadas y por el tráfico que ellas sumen”. A la situación de Semana debe sumarse la compra del 50 % de las acciones de Publicaciones Semana por parte del grupo Gilinski. Si bien Alejandro Santos, director de la Revista, ha asegurado que el contenido es “sagrado” eso no obsta para que algunos cuestionen la independencia que podría tener Semana frente a temas relacionados con su nuevo accionista controlante.

Pero quizá la Casa Editorial más sumida en la crisis es El Tiempo. A los despidos que denunció la Liga Contra el Silencio en el mes de abril se suman los que tuvieron lugar en el mes de agosto. Es la tercera jornada de despidos en lo que va del año y en esta ocasión salieron 25 periodistas. En el 2017, este medio tuvo pérdidas de 6.412 millones de pesos y para el 2018 estas alcanzaron la suma de 31.000 millones. Según la Silla Vacía, los recortes de gastos de El Tiempo se han llevado 200 empleos.

LOS COLUMNISTAS DESAPARECIDOS DE HOY POR HOY

Aunque los afectados de primera mano por la crisis general que sufren los medios son los cientos de trabajadores que han sido despedidos, ellos no son los únicos perjudicados. Como dice Antonio Caño, exdirector del diario español El País, “El periodismo es imprescindible para la convivencia en una sociedad libre, para el equilibrio de poder necesario en una democracia”. Cientos de despidos y el cierre de periódicos y medios independientes le generan daño a la democracia y al derecho a la información. Caño describe este proceso como un reemplazo del periodismo serio por un “relato” o como se le llama más a menudo la posverdad, que muchos gobiernos como el de Estados Unidos han capitalizado, contando su verdad, y callando a medios y periodistas que los corrigen.

Colombia no es la excepción de este fenómeno. En julio, después de la salida de Darío Arizmendi de 6 AM Hoy por Hoy, el programa matutino de Caracol Radio, la dirección de este espacio pasó al periodista Gustavo Gómez. Como parte del proyecto de Gómez, la emisora hizo una selección de audio columnistas que tendrían entre 2 y 3 minutos para dar su opinión independiente. Los columnistas seleccionados fueron Sandra Borda, Yohir Akerman, Gustavo Duncan, Daniel Ruge, Daniel Pacheco y Esteban Carlos Mejía. Sin embargo, con solo un mes desde el inicio de la sección, esta fue cancelada.

            Según la Mesa de Centro la salida de los columnistas no se debió a razones presupuestales o de rating. Por el contrario, parecería que Juan Ignacio Reglero, gerente general de Caracol Radio, recibió una llamada en la que se quejaron de las críticas de estos columnistas al gobierno Duque y al senador Álvaro Uribe. Entonces “por cuenta de los reclamos de antes o de ahora o para ahorrarse problemas con el negocio el gerente de Caracol Radio canceló el espacio de los columnistas”. Este episodio resulta preocupante para la independencia de los medios ya que, las grandes casas editoriales están en manos de grupos económicos que minan su credibilidad. Tal es el caso de El Tiempo (con Luis Carlos Sarmiento Angulo), El Espectador (Con el grupo Santodomingo), RCN (con Carlos Ardila Lulle) y Semana (como ya se mencionó, con el grupo Gilinski).

EL OCASO DE NOTICIAS UNO

Pero la más reciente (y quizá fuerte) estocada fue propinada a Noticias Uno, el mejor noticiero nacional de la última década. El gerente del noticiero, Jorge Acosta afirmó al aire que “Los accionistas mayoritarios de la concesionaria, Hemisphere Media Group, tomaron la decisión de concentrar su operación de noticias de lunes a viernes y suspender la emisión de noticias los fines de semana a partir del año 2020”. La decisión parece ser meramente económica pues Plural Comunicaciones, la concesionaria del noticiero, “perdió más de 113 mil millones de pesos y terminó con un patrimonio negativo de casi 170 mil, a pesar de que los socios le inyectaron 525 millones en julio de 2018”.

A pesar de que parece que Noticias Uno es simplemente una más de las víctimas de la crisis económica del periodismo, su salida del aire ha generado mucha preocupación y revuelo en las redes sociales. Durante los últimos años, Noticias Uno venía siendo considerado el medio independiente por excelencia, y los pasados meses fue uno de los noticieros que con más consistencia criticaron al gobierno Duque y al Uribismo en general, teniendo varias veces encuentros fuertes con seguidores, senadores e incluso con el mismo Álvaro Uribe. 

En el futuro cercano, no parece que estos episodios vayan a terminar. Al contrario, todo indica que cada vez más medios y más trabajos estarán en peligro. Y junto a ellos, la libertad de expresión, de la cual dependen otros derechos como la libertad de asociación y los derechos políticos. Un país con pocos medios de comunicación y con un control fuerte del gobierno sobre los que queden, es un país en el que el derecho a la información y a la expresión no existen. ¿Podríamos seguir hablando de democracia entonces?

Imagen: Público.

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