Excelencia y crecimiento personal: HNMUN desde sus protagonistas


El pasado 13 de febrero inició en Boston la versión número 66 del Modelo de Naciones Unidas de la Universidad de Harvard (HNMUN). Durante cuatro días, cerca de tres mil estudiantes provenientes de los cinco continentes, y de varias de las universidades más prestigiosas del mundo, nos reunimos para negociar, persuadir y destacarse en auditorios entre la multitud.
Allí, la Universidad de Los Andes fue representada por un grupo de quince uniandinos, los cuales obtuvimos resultados espectaculares. El equipo Uniandes HNMUN 2020 trajo a casa cuatro distinciones del certamen: dos Menciones Diplomáticas, un premio a la Delegación Sobresaliente y un premio al Mejor Delegado -el primero en nuestra historia-; así como nuestro mejor puntaje histórico en la competencia -a solo décimas de ser la Mejor Delegación Internacional del modelo-.

El HNMUN es una experiencia única. No obstante, en esta ocasión queremos, como miembros de la delegaciòn de este año del Uniandes HNMUN 2020, explicar por qué este proyecto es perfecto para las personas que, como nosotros, siempre hemos odiado los modelos de Naciones Unidas.
Adicionalmente, Uniandes HNMUN ya inició su proceso de selección para la delegación que viajará a Boston en febrero del 2021. No pierda la oportunidad de hacer parte de competir en Harvard, construir un equipo y hacer parte de los mejores del mundo. Este proyecto es perfecto para seguir odiando lo más tradicional de los modelos de ONU, crecer como persona, y ante todo, exigirse excelencia. Haz click aquí para aplicar y hacer parte de la Delegación 2021. Las inscripciones estarán abiertas hasta el 10 de mayo.
“La oportunidad perfecta para probarse”
Gabriela Forero
“Si hoy me preguntan por qué aplique al HNMUN, no podría señalar una razón con certeza, pero creo que esa fue parte de la magia de mi experiencia; ver cómo el proceso me tomó desprevenida, para transformar mis miedos en motivaciones, mis debilidades en mis mayores fortalezas, y mis sueños en realidades”.

Uno creería que con un modelo de ONU (MUN), el crecimiento para el participante es estrictamente académico. Y claro, hoy en día soy capaz de negociar lo que me pidan, así no esté convencida. HNMUN me dio habilidades que trascienden los MUN y que, como abogada, me aportan muchísimo. Sin embargo, lo más grande, fue el crecimiento personal y emocional que me permite hoy en día pararme en un salón de más de cien personas a hablar sin miedo; convirtiendo todo lo que antes era un obstáculo, en una motivación.
Antes de llegar al modelo de Naciones Unidas más grande del mundo, tuvimos largas horas de preparación que lograron sacarme de mi zona de confort. Mil veces me caí, me quedé sin palabras en comité, y mis ideas se perdieron; pero mil veces aprendí a pararme, y lo mejor fue el equipo que me acompañó para no tener que hacerlo sola.
Asimismo, si pudiese definir al equipo en una palabra, sería definitivamente con “familia”, porque en eso se convierten en el año de preparación. Hoy, sin miedo a equivocarme, digo que entre ellos encontré a quienes ahora son mis amigos más cercanos.
Y, así, llegamos a Boston, a representar a Italia en el Human Rights Council, donde durante tres días delegué con el corazón, llena de pasión y resiliencia, buscando la protección de los derechos de las personas con discapacidad.
Abanderadas de la educación y el acceso al empleo, “Mariale”, mi pareja de delegación, y yo, sacamos adelante nuestras ideas en un gran bloque. Negocié con personas de distintos países, cada una provenientes de algunas de las mejores universidades del mundo.
Volví a casa con la maleta y el corazón lleno de fe en mí misma, de habilidades académicas, conocimiento interdisciplinario y amistades incondicionales. Así, concluí que Harvard es la oportunidad perfecta de probarte.
“Esto no es sobre los modelos de ONU. Este es un proyecto de crecimiento personal”
Lorenzo Lizarralde
“Todos sabemos que hay muchas cosas importantes para la vida que no nos enseñan en la Universidad. Yo no sabía dónde aprenderlas.”

Mi historia empieza hace un año. Una tarde en mi casa me puse a pensar sobre mi vida, la cual, a primera vista, parecía más o menos productiva. Estudiaba Derecho en Los Andes, trabajaba en vacaciones, jugaba tenis y tenía una vida social activa. Estas son cosas que, equivocadamente, llevarían a cualquier persona a pensar que estaba haciendo algo por mi crecimiento personal. A pesar de eso, siempre supe que me faltaba mucho por hacer.
Estaba en este dilema cuando un amigo me dijo que nos metiéramos “a la cosa esa de Onu”. En el colegio ya había participado en algunos modelos y volver me parecía insoportable. Sin embargo, viajar a Boston sí me parecía interesante.
Ese día decidimos aplicar a HNMUN: mi amigo con las intenciones más puras, y yo con ganas de empezar a cambiar mi vida a través de un viaje a la universidad más prestigiosa del mundo. Evidentemente no tenía ni idea en qué me estaba metiendo.
Lo que más vale la pena recalcar, antes de hablar de mi experiencia, es que esto no es sobre los modelos de ONU. Este es un proyecto de crecimiento personal.
El Modelo sucede extremadamente rápido. Estamos en otro país compitiendo con los mejores del mundo y, a pesar del miedo, nos tenemos infinita fe. Lo primero por resaltar es la cantidad de gente; uno siente que nunca va a poder conocer a todo el mundo. En mi comité éramos más de 400 personas. Muy pronto, todos empiezan a encontrar su papel en el juego; todos buscan un lugar para brillar. Es el perfecto escenario para ponerse a prueba.
¿Y entonces, qué aprendí? Las lecciones más importantes durante este proceso se pueden resumir en tres frases; las primeras dos escritas por grandes pensadores y la última gritada por grandes soñadores.
Primero: “si usted es la persona más inteligente de la sala, está en la sala equivocada” -Confucio-. Es importante saber que uno aprende más de las personas con las que comparte su tiempo, que de cualquier clase o cualquier libro. Por eso hay que estar rodeado de personas que uno admira.
En segundo lugar, según el escritor y conferencista inglés Simon Sinek, “es demasiado importante empezar con por qué y tener razones claras para cada objetivo que uno tiene”. Si no creemos verdaderamente en el proyecto, nunca vamos a llegar a ningún lado.
Por último, “si se quiere y se trabaja, se puede”, según afirma el lema de la delegación -un poco censurado-. Es esencial trabajar muy duro por los sueños. Al fin y al cabo, todos somos capaces de grandes cosas, pero no nos podemos quedar esperándolas.
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