El estilo de vestir: un grito de independencia

Por: Guillermo Francisco Reyes Larrazábal. Estudiante de segundo semestre de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de Los Andes
“Vestir es una forma de vida”
Yves Saint Laurent
Tyler the Creator, Kendall Jenner, Kanye West, Bella Hadid, Virgil Abloh, Beyonce, J Balvin, Karol G, Bad Bunny, Hailey Baldwin, Travis Scott, Kali Uchis; hoy en día podemos relacionar todos estos nombres con el mundo de la farándula, la música, la televisión, y quizás muchos podamos tenerlos como fuente de inspiración intelectual. Sin embargo, aquello que todos estos nombres tienen en común, es que representan la ruptura de los esquemas sociales predeterminados desde años atrás, y su principal medio de difusión es la moda; su forma de vestir, irreverente y llamativa por decir poco, ha llevado a que cientos de miles de personas sigan su ejemplo y se emancipen de los cánones sociales que encierran al individuo a una serie de posibilidades limitadas. La moda es un arte, una expresión plenamente humana, que trae consigo una relación con la forma en la que se percibe e identifica a una persona, pero esto permite preguntarse, ¿Cuál es el valor en vestirse diferente? Y ¿Porqué debemos definir nuestro estilo individual?
Quisiera comenzar haciendo una aclaración, respondiendo a qué se entiende por vestirse diferente. Para este texto, vestirse diferente no es simplemente utilizar ropa diferente a los demás, por lo cual esa obviedad queda de lado, sino que más bien, vestirse diferente se comprende en el cómo utilizar el estilo y la moda para marcar una diferencia en las típicas tendencias sociales. El vestirse diferente es un llamado de atención, un comentario crítico a la sociedad, que no solo marca una diferencia física, sino que tiene una gran implicación que va mucho más allá. Vestirse diferente es atreverse a usar cosas heterogéneas, a conocer una nueva visión del mundo, es crear y modificar la personalidad con unos sutiles toques de identidad.
Tradicionalmente el ser humano cuestiona, critica y riñe contra cualquier cosa que vaya en contra del orden estipulado de las cosas, razón por la cual es difícil ver, y más que eso, entender a quienes deciden romper contra ese orden. Podrá el lector pensar que vestirse diferente es algo fácil, algo que no supone un gran esfuerzo intelectual, algo que es simple y pueril, pero es todo lo opuesto. Vestirse diferente es una extensión de la personalidad, por lo cual, quien ose vestirse diferente se encontrará retado por una serie de factores, entre los cuales está la bien conocida presión social. Por eso mismo se ve que no mucha gente se atreve a utilizar ropa que verdaderamente lo define; tememos al qué dirán, nos da miedo el qué pensarán. Unir una serie de prendas en un orden determinado es un atrevimiento, que puede ser cuestionado y criticado, pero que al fin y al cabo es la expresión de la autonomía de la voluntad individual. Hoy en día es muy fácil encontrar una combinación típica: Stan Smith, jeans, hoodie y chaqueta abullonada para los hombres y mujeres. No pretendo criticar a quienes usen estas prendas, están en todo su derecho, sin embargo, los invito a probar, nuevos colores, nuevas formas y nuevos métodos de utilizar la moda a priori de la personalidad.
Actualmente se ha visto cómo la cultura del “streetwear” y el “hype” ha crecido mucho tanto a nivel internacional como a nivel nacional. Este consiste en portar ciertas prendas y zapatos de marcas que han sido fundadas o han tenido el aporte de personajes del panorama público. Por ejemplo, usar Jordans, Yeezys, Off-White, Supreme, Cactus Jack, Comme des garçon, Rip n’ Dip, Chinatown Market, y otras marcas trae un factor diferenciador para quien las utilice, ya que por su exclusividad y lo limitadas que son sus prendas brindan ese wow factor. Es innegable, alguien que use unos Jordan 1’s o unos Yeezy 700 wave runner va a llamar la atención sí o sí. Pero con la moda no todo es llamar la atención, es identificarse con un estilo individual que se fije a su personalidad. Bien, pueden existir un sin número de marcas para vestir exóticamente, sin embargo, nunca será la marca, sino quién la porte y cómo la porte. Tal y como decía Coco Chanel “Para ser insustituible e inolvidable, hay que ser siempre diferente.”
Crear y definir un estilo propio es la llave para ver al cuerpo como un lienzo libre, y la ropa como un óleo que ha de pintar tal lienzo. La moda y la forma de vestir es un medio fidedigno para la libertad de expresión. Bien si te gusta vestir solo de negro, o con una cantidad abismal de colores, estás extendiendo tu personalidad a una esfera física, estética, y lo ms importante es que represente a la individualidad. No se debería buscar satisfacer los gustos de los demás, lo más importante siempre será que quien se ponga la ropa se sienta satisfecho con su estética personal. La clave del éxito entonces está en la elección y definición de un estilo propio, el cual debe estar basado en la autenticidad, el arrojo, la personalidad, la valentía, el conocimiento sobre la forma de el cuerpo, los colores y el estilo de vida que se lleve. Hay que saltar al vacío y atreverse a encontrar un estilo plenamente personal.
La moda es una de las esferas en donde debemos arriesgarnos a ser nosotros mismos, porque lo más importante es buscar romper y acabar con las barreras y cambiar los paradigmas de lo que significa ser diferente. No hay razón para conformarse con seguir los estándares básicos que se nos imponen, debemos liberarnos de las preconcepciones erróneas de la sociedad que buscan codificar y estandarizar a las personas. Les extiendo una invitación a que tomen el camino de la expresión libre por la moda, los invito a empoderarse y vestirse diferente, a vestirse como su personalidad lo demande. No le tengan miedo a lo que piensen los demás, a nadie realmente le importa, sean ustedes mismos que la vida es una sola. Así que, si quieren lucirse como el gran Gatsby, como o una Bichota o como lo que les plazca, la única opinión importante es la de quien está frente al espejo.
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