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La Reforma Tributaria: ¿Nuevo Comienzo?

Por: Juan Francisco Martínez estudiante de tercer semestre de Derecho, editor de la sección jurídica

Luego de un primer semestre polémico, lleno de protestas en el marco de un Paro Nacional de divisiones políticas y críticas al primer proyecto de reforma tributaria del gobierno de Iván Duque, la semana pasada, la propuesta “de Inversión Social”, que busca recaudar alrededor de 15 billones de pesos, en el contexto de la recuperación económica, pasó aprobada tanto en Senado como en Cámara.

Con 76 votos a favor la Reforma Tributaria pasó en ambas corporaciones del Congreso con anchura. Sin embargo,  después de tanto conflicto generado a raíz de la última propuesta presentada por el Gobierno Nacional en abril de este año, vale preguntarse ¿Qué tiene de diferente este nuevo proyecto? ¿En qué va? ¿Marcará un nuevo comienzo? Teniendo en cuenta que hoy se sancionó desde presidencia esta nueva reforma Al Derecho presenta una breve revisión sobre su contexto y contenido. 

La ley de reforma tributaria tiene sus orígenes en el proyecto presentado a principios de año, por el ex ministro de Hacienda, Carrasquilla; la “Ley de Solidaridad Sostenible”, que buscaba recaudar cerca de 25 billones de pesos. El controversial proyecto planteaba una serie de reformas al estatuto tributario de las cuales destacaban: una ampliación a la base de contribuyentes; gravamen a los servicios públicos con IVA (19%), para los estratos 4,5 y 6; la declaración de renta para colombianos con ingresos mensuales de más de $2.500.000;  pago del 10% sobre los ingresos de las personas naturales que superaran el índice medio de riqueza; la implementación de “nuevos impuestos verdes”, previstos para “buscar combatir el cambio climático”.  Así mismo, daba una extensión de la política del ingreso solidario a manera de una renta básica universal y una carga a los patrimonios.  

Sin embargo este proyecto nunca se pudo realizar, pues su ponente, el ministro Alberto Carrasquilla, presentó su renuncia pocos días después del inicio del Paro Nacional convocado como protesta a esta nueva reforma tributaria. El gobierno  anunció entonces el retiro del proyecto original, para la redacción de uno nuevo, “producto del consenso entre todos los sectores políticos, sociedad civil, gremios y demás actores del Estado.”

Así, a partir del 20 de julio, con la instalación del Congreso, el nuevo Ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, lideró un proyecto que contenía 130 propuestas, muchas de ellas polémicas, como la inclusión de la penalización monetaria por consumo de estupefacientes para el tributo fiscal. El objetivo era consensuar entre varios sectores políticos, y resarcir los daños que algunos alegaban que causaría el primer proyecto de reforma, entre ellos: la evasión, las excepciones que truncaban el principio de progresividad, y el gasto público.

Diversos economistas como Salomón Kalmanovitz, atribuían el déficit fiscal y falta de eficiencia del sistema tributario a las anteriores situaciones. Kalmanovitz señalaba que aunque las medidas vigentes estarían recaudando cerca del 20% del PIB, este dinero finalmente no alcanzaría porque la evasión de IVA e impuesto de renta es 20% del recaudo tributario en Colombia, lo cual dificulta llegar a las metas de la recaudación del tributo y deja muy mal parado al Ministerio de Hacienda, abanderado con la “lucha contra la evasión de impuestos”.

A esta problemática se suma el hecho de que el gasto público suele empatar o superar la cifra a recaudar. En 2020 (un año donde el gasto se incrementó debido a la pandemia), por ejemplo, ascendió al 21% del PIB, cuando la meta a recaudar para ese año era del 19%. Por otro lado, muchos expertos señalaban que las exenciones tributarias, establecidas en Colombia como incentivo para el desarrollo económico, parecieran no estar cumpliendo su función, sino todo lo contrario. Para el año 2019, el dinero exento significó una pérdida de $80 billones de pesos para el Estado Colombiano (cerca del 27% del PIB).

La sanción de este proyecto trae un cambio en el sistema de recaudación de impuestos y en su retribución en el gasto público.  Lo que plantea la nueva administración del Ministerio de  Hacienda es costear los gastos “sin ponerle una nueva carga a la ciudadanía”, como solución a mediano plazo, a partir de un “plan de austeridad” del gobierno, para así minimizar el gasto público, mantener una estabilidad fiscal y aportar a la recuperación económica. Sin embargo, para algunos eso es “pensar con el deseo”. 

En teoría esta nueva ley está enfocada sobre las personas jurídicas, subiendo el impuesto sobre la renta del 33% al 35%, para ampliar la base gravable con una distribución entre empresas y clase alta; para subsanar el problema de la evasión; plantea una normalización tributaria, que consiste en un incentivo para que las personas evasoras puedan legalizar sus activos omitidos en declaraciones pasadas y así incluirlos en la recaudación; además, añade una reforma al ICA (impuesto de industria y comercio), para incentivar la reactivación económica.

Hoy, José Manuel Restrepo, Ministro de Hacienda, se pronunció ante el acto de sancionamiento por parte del Presidente Duque, “¡Estamos haciendo historia! Quedan garantizados los recursos para que más de 29 millones de colombianos puedan afrontar las dificultades que trajo la pandemia a través de programas sociales, empleo y diferentes medidas que incentivan la reactivación económica”.  La carta de presentación del nuevo Ministro, parece ser bien recibida tanto por la opinión pública, como por los distintos sectores políticos dentro del Congreso. Solo falta esperar que surta los efectos que tiene como objeto. 

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