Saltar al contenido

La Facultad de Derecho bajo lupa: El examen de Facultad

Por: Gabriela Forero y Pedro Chaves, miembros del Consejo Editorial

El examen de facultad es uno de los retos estudiantiles más grandes que se le presenta al futuro abogado uniandino en su carrera profesional. Para muchos, significa un desafío no sólo en términos académicos, sino también en aspectos anímicos, de habilidades blandas y de tolerancia a la incertidumbre y la frustración. En vísperas de la publicación de las notas del componente escrito dentro de unos pocos días, es oportuno reflexionar sobre aspectos como: ¿esta modalidad de examen de grado realmente prepara al estudiante para la vida profesional? ¿Qué dicen las diferentes voces dentro de la Facultad frente a la metodología que rompe con los tradicionales preparatorios por áreas vistos en otras universidades? 

Cada perspectiva nos cuenta un relato único

Llegar al noveno semestre de Derecho en la Universidad significa un verdadero cambio de esquema, más allá de los ciclos en los cuales se divide la carrera. Entrar a Consultorio Jurídico, desarrollar una opción de grado, planear los futuros pasos e incluso desenvolverse en la vida laboral es una realidad para muchos de los estudiantes de nuestra Facultad. A todo esto se le suma el temor que producen los rumores que, durante años, se han alimentado de lo que dicen nuestros compañeros: el gran examen de facultad. Creemos que nos hemos venido preparando de muchas formas, pero realmente no tenemos certeza de cómo será la experiencia de elaborarlo y sustentarlo más allá de la asignación semestral del área que realiza la Facultad. 

Para entender mejor estas percepciones, hablamos con quienes ya han presentado el examen, aquellos que lo están haciendo este semestre, y aquellos que tanto desde el primer semestre como desde el desarrollo del examen de ciclo perciben todo lo que este ejercicio implica para el estudiante de Derecho uniandino. De esta manera, buscamos que a través de la transmisión de los principales pros y contra del examen, la Facultad vea este requisito de grado como algo más que unas cuantas hojas a resolver, reconociendo los beneficios y complejidades por los que atraviesan sus estudiantes como principales actores dentro de nuestro centro de estudios y manteniéndose siempre abierta a la retroalimentación y el mejoramiento constante.

  1. Los que ya pasaron

Gabriela Forero:

“El examen de facultad ha sido uno de los momentos en que más me he retado como estudiante, no solo a nivel académico, sino emocional, donde se suma gran parte del conocimiento y aunque resulta gratificante compilar cinco años de carrera, se vicia por un componente complejo de subjetividad y frialdad de la Facultad. Quienes hemos vivido la experiencia de pasar el examen o de haberlo perdido, conocemos la falta de acompañamiento de la Facultad en esta última situación, de los silencios de los evaluadores y la incertidumbre que un examen sin créditos trae consigo”.

Pedro Chaves

“Presentar el examen de Facultad es toda una experiencia, no sólo necesaria para optar por el título de abogado, sino que te reta a salirte de los moldes forjados durante los últimos 4 años y aprender de nuevas maneras. Es una experiencia dura pero recompensante, sientes un respiro cuando luego de meses de esfuerzo recibes por fin una retroalimentación satisfactoria, más aún cuando pasas por repetirlo una o más veces. Está colmada de altibajos de todo tipo, y en general te da una retrospectiva muy interesante de lo que significa estudiar Derecho en la Universidad de los Andes y estar a un paso de graduarse como abogado de la mejor universidad privada del país”.

  1. Los que están pasando

María Paulina Rojas – estudiante de noveno semestre de Derecho (y tomadora del examen de Facultad)

  • ¿Cuál ha sido su experiencia con el examen?

“Mi experiencia en general ha sido buena. Siento que los tiempos que dan para realizar las investigaciones es bueno y la facultad está organizada en términos de cronogramas. Mi experiencia negativa fue en cuanto al caso, que tenía muchas inconsistencias en los hechos, lo cual es complicado, pues si alguien no asistía a las sesiones de acompañamiento o no tenía un grupo de estudio, se prestaba para malas interpretaciones de los hechos. En las sesiones cambiaron los hechos y esas cosas hacen que, aunque todo se sienta organizado, haya ciertas cosas que pueden actuar en detrimento de los estudiantes.”

  • ¿Qué beneficio le ve a este formato de preparatorio? ¿Qué cambiaría?

“Me parece que este formato de preparatorio es muy beneficioso, sobre todo por la forma en que está estructurado el pénsum y la carrera. Nosotros como estudiantes de derecho pasamos gran parte de nuestra carrera haciendo PBLs y estudiando casos y aplicando los conceptos, lo cual diferencia a nuestra facultad de otras del país. Si en vez de este formato, tuviéramos un examen de preguntas y conceptos más cerrados, no estaríamos tan bien equipados para responder como si estamos para plantear problemas jurídicos, dar respuesta a los mismos etc. Cambiaría que los roles se den con más tiempo de anticipación, pues uno pierde mucho tiempo investigando cosas que no son relevantes para el rol en un intento de prepararse para cualquier rol.”

  • Cuál siente que ha sido el rol de la facultad respecto de su desarrollo del examen, por ejemplo en temas del acompañamiento que se provee, los insumos para su realización, ¿o el tiempo en la entrega de resultados?

“Siento que la facultad está muy presente, en los temas de acompañamiento y las sesiones son muy importantes, sobre todo, por ejemplo, de cara a la inconsistencia en los hechos. Hay algunas sesiones que son inoficiosas como la de cómo trabajar en equipo o las estrategias de escritura, pero pudieron haber sido útiles para otros. Me parece que pudimos haber tenido más sesiones de acompañamiento de contenido. 

Hay un detalle que es importante en temas de acompañamiento, que es que uno de los roles tenía una arista de derecho migratorio que es un tema que no se da en la universidad, uno no aprende eso. Es una complicación adicional del caso que no se puede dar por desapercibido y que no se podía pasar por encima. Ellos dijeron que no lo tuviéramos en cuenta pero no era fácil, porque era importante para las acciones jurídicas a tomar.”

Diana García – estudiante de noveno semestre de Derecho (y tomadora del examen de Facultad)

  • ¿Cuál ha sido su experiencia con el examen?

“Ha sido bastante interesante, siempre se está a la expectativa de cómo va a ser el examen, qué toca realizar, de qué van a tratar las sesiones de acompañamiento, y de qué cosas uno puede preguntar para ayudarse a direccionar cómo resolver el examen. Siento que ha sido todo un reto porque, primero es como el miedo a enfrentarse con el examen de facultad por toda la importancia que dicen que tiene, así como en su momento la tuvo el examen de ciclo, pero aquí es para finalizar. Es más que todo inseguridad, pero cuando uno va analizando el caso y va leyendo, uno va ganando más seguridad y sintiéndose más seguro con los argumentos”.

  • ¿Siente que el hecho de que el examen sea totalmente virtual lo hace más complicado?

“Siento que de alguna manera tiene sus ventajas y desventajas. Como desventajas uno no cuenta con la facilidad de acceder a todos los libros de la biblioteca, porque siempre eso lo ayuda a uno a poder acceder a la bibliografía que uno necesita. En virtualidad, nos ofrecieron la posibilidad de tener bibliografía sugerida y de ahí podíamos elegir de qué libros queríamos que nos escanearan ciertas páginas. Es una buena posibilidad pero a costa de no poder contar con la biblioteca”.

  • ¿Le preocupa que los criterios de calificación de ambos componentes sean subjetivos y dependan mayoritariamente del profesor que asignen para calificar?

“Es muy relativo. Siento que todos tienen que tener una base en la cual tienen que estar de acuerdo con que se cumplen ciertos criterios para poder aprobar un examen de facultad. Siempre es subjetivo, siempre un profesor va a tener tendencias a pensar de ciertas manera, otro de otra. Si justo a uno le toca un profesor que no va en la línea de lo de uno, puede ser muy desventajoso, eso sí es preocupante”.

  1. Los que vienen

Jose Alvis – estudiante de tercer semestre de Derecho (y tomador del examen de ciclo)

  • ¿Cuál ha sido su experiencia con el examen de ciclo?

“No ha sido una experiencia ni mala ni buena. Tiene aspectos positivos: son temas que manejo y se requieren competencias que he adquirido en estos tres semestres a pesar de ciertos baches en algunas materias. Sí, hay cosas de primer semestre que uno olvida, pero están las competencias y hay habilidades blandas que están y me siento en capacidad de completar el examen. 

Dentro de lo malo, yo diría organización por parte mía y puede haber un punto de la Facultad.  A pesar de que había un cronograma detallado con las entregas y sesiones de acompañamiento, ellos dejaron de lado que un estudiante tiene su horario y sus cosas, tiene unos créditos que toma y el hecho de que el examen tenga cero créditos es como si no valiera nada o no gastara tiempo. Olvidan que uno tiene exámenes, lecturas y otras responsabilidades que hay que priorizar y no he tenido tiempo para hacer el examen.”

  • ¿Cree que el examen está bien planteado, respecto a objetivos de evaluación, tiempos, calificadores, y otros criterios?

“Creo que está muy bien, la investigación es autónoma, así como la identificación y resolución de problemas. Nos dan 3 problemáticas de distintas áreas del conocimiento y eso es muy bueno, pues desde el planteamiento de los hechos permite formular verdaderamente problemas jurídicos.

Sería bueno pensar en si se puede incluir el aspecto oral, porque la comunicación escrita es vital pero no sería malo dar un componente oral para quienes se sientan más hábiles en eso o no se sientan tan bien y quieran reforzar.”

Mariana Navarro – estudiante de primer semestre de Derecho

  • ¿Qué cree que es importante evaluarle a un futuro abogado?

“Es importante evaluar la interpretación de la ley, es lo que más me han enseñado en Introducción. El derecho no es absoluto ni el mismo para todos los casos, es flexible y es un deber de los abogados y los jueces adaptar los conceptos a los casos. Eso diferencia a un estudiante de derecho y un abogado, un estudiante puede memorizar y hacer buenos exámenes, pero sí no sabe cómo aplicarlo, no es un abogado.”

  • ¿Cree que es mejor tener un caso práctico y el tiempo de buscar todos los recursos para desarrollar los exámenes de la carrera? ¿O hacer unas pocas preguntas de cada área del derecho como hacen otras universidades?

“Es mucho mejor no memorizar cosas, sino aplicar los conceptos. Por mi experiencia en el colegio cuando uno tiene que estudiar para un examen se clava los días anteriores y luego no se acuerda de nada. Con esta metodología, que es más aplicable y ajustada a lo que es el ejercicio del derecho, cuando aprendes un concepto y no solo lo memorizas, te queda mucho más tiempo.

Esta metodología nos fuerza a los estudiantes a trabajar en nuestro pensamiento crítico. Eso también diferencia a un estudiante de un abogado, pues cualquiera puede memorizar pero no cualquiera puede analizar y resolver un caso, eso es mucho más enriquecedor.”

  • ¿Qué le gustaría que la Universidad tuviera en cuenta para prepararse en estos exámenes?

“Que en todas las clases se haga mucho énfasis en la aplicabilidad de los conceptos. En lo que voy hasta ahora lo hacen bien, pero en otras ocasiones no se ve tanto eso y no tenemos la oportunidad de ver un caso en la vida real que podamos resolver con el conocimiento. La Universidad hace un buen trabajo pero puede ser un poco más intensivo ese énfasis.”

En mérito de lo expuesto…

Desde todas estas perspectivas, con conocimiento de causa o con anhelo al futuro y con ganas de mejorar nuestra Facultad, es fundamental que nuestra casa de estudios tome el paso de reconocer este examen no únicamente como un requisito de grado, sino como un elemento fundamental del desarrollo académico. Es importante reconocer que este proceso, junto con sus requisitos académicos, viene con cargas diferentes para cada uno de los estudiantes, quienes deberían ser el verdadero centro de la Facultad; no porque sean tremendamente importantes, sino porque nuestra formación, íntegra y correcta como profesionales pero como humanos, debería ser la verdadera meta. 

En este sentido, hacemos un llamado a que nuestra Facultad revisite periódicamente las bondades y complicaciones que presenta este importante examen de grado, siempre con un enfoque receptivo a los estudiantes, para seguir formando jóvenes competentes en las habilidades duras y blandas que desde un sentido crítico se sigan preparando para aportar a la sociedad.

Sobre este examen, como lo hemos mencionado, existen muchos mitos. Para mitigarlos, en menor o mayor medida, hace unos años la Facultad publicó algunos memes abordando las principales incertidumbres al respecto. Los puede consultar aquí.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: